Sexto semestre

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Diferentes tipos de esclavitud

Trata de personas
La trata de personas consiste en el traslado forzado o por engaño de una o varias personas de su lugar de origen (ya sea dentro del mismo país o a nivel internacional), privándolas total o parcialmente de su libertad, a fin de proceder luego a su explotación laboral o sexual.
Deben por lo tanto conjugarse los siguientes elementos para poder sostener la existencia de un caso de trata de personas:

El traslado: La persona debe ser trasladada de su entorno, su hábitat (es decir, su ciudad, pueblo, etc) a otro lugar diferente, ya sea dentro del mismo país o a uno diferente.
· Privación de la libertad: La victima es privada de su libertad ya sea física (encierros, cadenas, etc) o moralmente (presión, amenazas, violencia, etc). En este sentido resulta relevante destacar que no reviste condición excluyente que el sujeto victima de esta actividad sea reducido físicamente, ya que en reiteradas ocasiones se da una privación de la libertad producto de un sometimiento bajo amenazas o presión sobre los familiares.
· Explotación: La privación de la libertad es acompañada y tiene como fin último la explotación del sujeto mediante la realización de actividades de todo tipo. Si bien la explotación sexual reviste la forma principal, existen también explotaciones en el ámbito del servicio doméstico, de la pornografía, de la mendicidad, de grupos armados ilegales, entre otros.
La captación de victimas para su posterior extracción de órganos ha sido incluida en los últimos años como otro de los fines que persigue la trata.


Esclavitud:
La esclavitud es la situación mediante la cual un individuo está bajo el dominio de otro, perdiendo la capacidad de disponer libremente de sí mismo. Si bien tienen ambas tienen en común una privación de la libertad, la trata implica necesariamente un traslado de un sujeto a otro lugar para su explotación.

Trata de blancas 
surge ya que eran únicamente mujeres blancas, las que eran utilizadas para dicha actividad, diferenciándose así del tráfico de esclavos, exclusivamente negros en la época.
Si bien el origen de esta actividad radica en la explotación sexual de mujeres, hoy en día cualquier persona puede ser víctima de ella, y no solo a través de la explotación sexual. En la actualidad el término sirve para denominar cualquier tipo de trata de personas sin importar la edad, género o raza.

Para muchos, la compra y venta de personas para su explotación sexual es la nueva forma deesclavitud del siglo XXI. Se dice que la “trata de blancas” es el tercer negocio más rentable del planeta, detrás del tráfico de drogas y la venta de armas.   



 Es un crimen que afecta a más de 4.000.000 a nivel mundial, según el programa de población de la ONU. Datos recogidos de 155 países muestran que el 20 por ciento de los casos corresponden a niños, en tanto que la Onude (oficina de la ONU contra la droga y el delito) resaltaba que la forma más común es la explotación sexual (79%) y la mayoría de las víctimas son mujeres. La OIT informa que más de 12.000.000 de personas padecen situaciones laborales similares a la esclavitud, y Unicef calcula que alrededor de 180.000.000 de niños de 5 a 17 años (1 de cada 8 en todo el mundo) están empleados en las peores formas de trabajo infantil y más de 1.000.000 es víctima de la trata, un negocio que produce mil millones de dólares anuales que se reparten entre los propios familiares de las víctimas, los traficantes y los funcionarios públicos que actúan en complicidad. Es una actividad delictiva altamente rentable, ranqueada sólo detrás del tráfico de armas y drogas.

Esclavitud en los siglos XX y XXI

¿Cómo es posible que la esclavitud, a pesar de ser ilegal, haya alcanzado un florecimiento en el siglo XXI absolutamente desconcertante? Existen varias razones que ayudan a explicarlo.

Una de ellas es la explosión demográfica: la población mundial ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos 50 años, especialmente en los países más pobres. El mundo ha pasado de albergar 2.500 millones de seres humanos a unos 6.700 millones en la actualidad. Esto ha creado una potencial bolsa de esclavos entre la gente con menos recursos y el precio de los esclavos ha bajado consecuentemente. Estudios históricos sugieren que el valor de un esclavo para un terrateniente en los Estados Unidos de 1850 podría ser equivalente a 40.000 dólares, mientras que ahora se comercia a razón de unos cien dólares por persona.



CONFESIONES DE UN TERRORISTA

Estados Unidos ha entrado en uno de sus periodos de locura histórica, pero éste es el peor de cuantos recuerdo: peor que el macartismo, peor que la bahía de Cochinos y, a largo plazo, potencialmente más desastroso que la guerra de Vietnam. La reacción al 11-S ha ido más allá de lo que Osama hubiera esperado en sus sueños más siniestros. Como en la época de McCarthy, los derechos y libertades nacionales, que han hecho de EE UU la envidia del mundo, están siendo erosionados de forma sistemática.

La persecución de residentes extranjeros en EE UU sigue a buen ritmo.
Personas "no permanentes" de sexo masculino y origen norcoreano o de Oriente Próximo desaparecen en cárceles secretas tras acusaciones secretas por la palabra secreta de los jueces. Palestinos que residen en Estados Unidos, a quienes antes se consideraba ciudadanos sin Estado, y por tanto no deportables, están siendo entregados a Israel para ser "reasentados" en Gaza
y en Cisjordania, lugares que quizá no hayan pisado jamás.

Ningún Gobierno norteamericano ha mantenido nunca sus cartas tan pegadas al pecho. Si los servicios de inteligencia no saben nada, ése será el secreto mejor guardado de todos. Recuerden que se trata de las mismas organizaciones que nos mostraron el mayor fracaso en la historia de la inteligencia: el 11-S. Esta guerra inminente estaba planeada años antes de que atacara Osama Bin Laden, pero fue Osama quien la hizo posible. Sin Osama, la junta de Bush seguiría intentando explicar asuntos tan peliagudos como la forma en que logró salir elegida; Enron; sus
desvergonzados favores a quienes son ya demasiado ricos; su desprecio irresponsable por los pobres del mundo, por la ecología, y por un sinnúmero de tratados internacionales derogados unilateralmente. Quizá también tendrían que explicarnos por qué apoyan a Israel en su desprecio
continuado por las resoluciones de la ONU.

ero, oportunamente, Osama barrió todo eso bajo la alfombra. Los Bush cabalgan de nuevo. Se dice que el 88% de los norteamericanos quiere la guerra. El presupuesto de Defensa de EE UU ha
aumentado en 60.000 millones de dólares, hasta alcanzar alrededor de los 360.000 millones de dólares. De las fábricas está saliendo una espléndida nueva generación de armas nucleares americanas, preparadas para responder igualmente a las armas nucleares, químicas y biológicas en manos de Estados irresponsables. Así que todos podemos respirar tranquilos.

Y EE UU no sólo decide unilateralmente quién puede y quién no puede poseer estas armas. También se reserva el derecho unilateral de utilizar sin escrúpulos sus propias armas nucleares cuando quiera y donde quiera siempre que considere amenazados sus intereses, los de sus amigos o sus aliados. ¿Quiénes exactamente van a ser estos amigos y aliados en los próximos años? Será, como siempre en política, algo parecido a un acertijo.
Uno se hace buenos amigos y aliados, así que los arma hasta los dientes. Entonces un día ya no son ni amigos ni aliados, así que se les manda una bomba nuclear.

Los misterios del 11-S

Cuánto más pasa el tiempo, más extraños parecen los acontecimientos del 11-S. ¿Por que los cazas tardaron tanto tiempo a lanzarse, con cuatro aviones secuestrados fuera de control sobre los cielos estadounidenses? 


¿Por qué no nos avisaron de antemano de lo que iba ocurrir el 11 de septiembre? Parece que sí  avisaron repetidamente; hacía un año que se hablaba de «visitas desagradables sobre los cielos» alrededor de septiembre de 2001, pero el gobierno no informó ni  protegió, a pesar de las advertencias de los Presidentes Putin y Mubarak, de Mossad y hasta por propio FBI.

Una comisión conjunta de comités de inteligencia del Congreso informó (diario New York Times, el 19 de septiembre de 2002) que ya en 1996, el terrorista pakistaní Abdul Hakim Murad confesó a agentes federales que «estaba aprendiendo a volar para poder estrellar un avión contra la sede de la CIA.

¿Por qué los EEUU necesitan una aventura en Eurasia? 
El 9 de septiembre de 2001, a Bush le fue presentado un borrador de una directriz presidencial sobre la seguridad nacional, que contenía un esquema para una campaña global de acciones militares, diplomáticas y de inteligencia centrada en al-Qaeda, reforzada por una amenaza de guerra. Según NBC News: «Se esperaba que el presidente Bush firmaría planes detallados para una guerra de ámbito mundial contra al-Qaeda... pero no tuvo la oportunidad de hacerlo antes de los ataques terroristas... La directriz a la que hacía referencia NBC News era básicamente la misma que entró en vigor después del 11 de septiembre. Probablemente la administración pudo reaccionar con tanta rapidez porque todo lo que tuvo que hacer fue sacarle el polvo a los planes.»

BBC News, el 18 de septiembre de 2001 publica: «Niak Naik, un antiguo secretario de asuntos exteriores de Pakistán, fue informado por altos cargos americanos en julio de que a mediados de octubre se emprendería una acción militar contra Afganistán. En la opinión del Sr. Naik, Washington no tenía ninguna intención de parar su guerra en Afganistán, incluso si los talibanes entregaban a bin Laden.»
¿Fue Afganistán reducido a escombros para vengarse de los 3.000 americanos masacrados por Osama? Lo dudo mucho. La administración cree que los americanos somos tan ingenuos, que somos incapaces de considerar algo más complejo que el venerado asesino solitario y enloquecido (esta vez con ayudantes zombies) que hace sus maldades por pura diversión porque nos odia, porque somos ricos y libres, y él no.
Osama fue elegido por motivos estéticos, como el logotipo más espantoso para invadir y conquistar Afganistán, cosa que ya hacía tiempo que estaba contemplado y planificado, años antes del 11 de septiembre y, de nuevo, después del 20 de diciembre de 2000, cuando el equipo saliente de Clinton concibió un plan de ataque contra al-Qaeda como represalia por el asalto contra el buque de guerra Cole. El Consejero de Seguridad Nacional de Clinton, Sandy Berger, informó personalmente a su sucesor sobre el plan, pero Rice, todavía muy involucrada en su papel de directiva de Chevron-Texaco, con responsabilidades para Pakistán y Uzbekistán, ahora niega tal sesión informativa. Un año y medio después (12 de agosto de 2002), la intrépida revista Time informó sobre este extraño lapsus.