Sexto semestre

sábado, 8 de octubre de 2011

Bajo Dominio Británico 1917-1948

Al término de la Gran Guerra, las potencias aliadas vencedoras que ocupaban la región tras la derrota y retirada de Turquía no cumplieron las promesas hechas a los árabes, en favor de su independencia y unidad, con el fin de obtener en su momento la colaboración contra los turcos.
Una vez derrotados y expulsados los turcos de la región se produjo en ésta un choque entre dos grupos de fuerzas.
Por un lado se encontraba el nacionalismo árabe, partidario de la independencia inmediata. En 1919 el Partido de la Independencia Árabe, fundado al final del conflicto por la organización Al-Fatah, reunió en Damasco un Congreso Nacional Sirio, y en 1920 proclamó la independencia del país y su unidad que comprendía los territorios de Siria, Líbano y Palestina, como monarquía constitucional, con Feysal, hijo de Hussein, como rey; Irak, por su parte, se proclamó igualmente reino, con Abdullah como soberano.
Por otro lado, Gran Bretaña y Francia, en la línea de los tratados Sykes-Picot, llegaron a un acuerdo final tras las Conferencias de Londres y San Remo en 1920, para el definitivo reparto de zonas de influencia en la región y el establecimiento de los Mandatos; situación que fue recogida por el tratado de Sevres entre Turquía y los aliados en agosto de 1920, y asumida por la Sociedad de Naciones.
Estas dos fuerzas se enfrentaron entre sí, en efecto, tras la eliminación de los turcos. Feysal fue considerado por algunos sectores árabes como un libertador, logrando acomodarse a las tesis nacionalistas y hacerse proclamar rey por el Congreso sirio en marzo de 1920. El poder de Feysal implicaba la plena soberanía árabe sobre Siria, Líbano, Palestina y Transjordania, lo que era incompatible con los objetivos anglo-franceses en la región.
Encabezado por un alto comisario, nombrado por el gobierno inglés, Palestina quedó dividida en seis distritos administrativos: Acre, Galilea, Gaza, Haifa, Lydda y Samaria. Gran Bretaña estableció el Emirato Árabe de Transjordania (hoy Jordania), en tres cuartas partes del territorio incluido en el Mandato en beneficio de Abdullah, hermano de Feysal. Prohibió a los judíos establecerse allí, dejando solamente la parte occidental del río Jordán para el desarrollo de un hogar nacional judío manteniendo una actitud ambigua, con periodos de favor y otros de obstáculo, de acuerdo con los intereses petrolíferos, que comenzaban a ser dominantes.
Así comenzó una inmigración masiva. Unas 35.000 personas llegaron entre 1919 y 1923, principalmente de Rusia; tuvieron una gran influencia sobre el carácter y organización de la comunidad en los años venideros. Esos pioneros sentaron las bases de una comprensiva infraestructura social y económica, desarrollaron la agricultura, establecieron kibbutz y moshav, y proporcionaron la fuerza laboral para la construcción de viviendas y caminos.
La siguiente oleada inmigratoria se produjo entre 1924 y 1932, de alrededor de 60.000 personas, principalmente de Polonia, contribuyó al desarrollo y enriquecimiento de la vida urbana. Esos inmigrantes se instalaron principalmente en Tel -Aviv, Haifa y Jerusalén, donde establecieron pequeños comercios, empresas de construcción y de industria liviana.
Para el año de 1929 comenzaron incidentes muy lamentables en contra de los judíos por parte de los árabes. Los árabes alegaron que el lugar sagrado donde durante siglos se reunieron los judíos para orar, era también un lugar sagrado para ellos; ya que desde allí había partido el caballo del profeta Mahoma, al cielo. Es así como comenzó una campaña para limitar lo más posible los derechos de los judíos para asistir allí. En agosto de ese mismo año, árabes encabezaron una masacre en contra de judíos en las calles de la ciudad vieja de Jerusalén y asesinaron a peatones. La policía británica poco numerosa se mostró pasiva por falta de instrucciones. Poco después los ataques se extendieron por todos los barrios de Jerusalén. Asociaciones clandestinas formadas por los árabes se dedicaron a atacar a los judíos inmigrantes. Gran Bretaña para evitar que esta situación se le saliera más de control prohibió la compra de tierras a los judíos. Aún así las inmigraciones clandestinas a Palestina siguieron.

Los enfrentamientos entre árabes y judíos siguieron a tal intensidad que Gran Bretaña convocaba a una conferencia en Londres en mesa redonda con la participación de árabes de Palestina y de países vecinos, así como representantes de la Agencia Judía para Palestina. Esta conferencia se celebró en febrero de 1939 y los árabes se negaron a sentarse con los representantes judíos. No hubo acuerdo alguno. Tras el fracaso de la conferencia, el gobierno británico vio el camino libre para publicar, el 17 de mayo de 1939, el Libro Blanco McDonald que, en efecto, anulaba la Declaración Balfour. Decretaba drásticas limitaciones en las ventas de terrenos en Palestina y la restricción de la inmigración judía a 15.000 personas por año y para los siguientes 5 años, al final de cuyo periodo Palestina se convertiría en estado independiente, con su permanente mayoría árabe reflejada en las instituciones gubernamentales.
Una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial esto representó un periodo de inquieta tregua entre los judíos y árabes de Palestina. Los árabes se mostraban políticamente pacíficos, confiando en que la política del Libro Blanco expuesta por los británicos continuaría siendo su norma durante la guerra y particularmente después de ella, cuando se llevaran a cabo más convenios a largo plazo. La Agencia Judía, por otra parte, se mostraba amargamente frustrada por el Libro Blanco.
De 1945 a 1948 son los últimos años del mandato británico sobre Palestina. La situación en el territorio se fue agravando desde el mismo final de la Segunda Guerra Mundial: en mayo y junio de 1945 los dirigentes sionistas piden al gobierno inglés la constitución de un Estado judío y la apertura de la inmigración, a la que no accedieron los británicos.

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